COMPOSICIONES DIGITALES

Me siento obligado he justificar de cierta manera por que he acuñado el nombre de “composiciones digitales” para mis fotomontajes. A comienzos del siglo XX, los dadaístas berlineses ya discutían sobre el nombre que debía tener los montajes que estaban realizándose con el uso de fotografías. Mientras duraba esta discusión fueron muchos los sustantivos que se utilizaron para denominarlos. (Mecano rojo, la revista neodada que el miembro de De Stijil Theo van Doesburg editó en 1922 con el seudónimo dadaísta I. K. Bonset, define un grabado-collage de Ernst como “composición fotomecánica”, y en ese mismo numero también figura el Tatlin en su casa, de Hausmann, aunque sin ninguna leyenda descriptiva. En (Mecano Azul), en cambio, se denomina “construcción” a un fotomontaje de Hausmann.)

Durante un periodo de tiempo cada uno aplicaba el nombre más apropiado a su trabajo hasta que se llego a la determinación de llamarlo “fotomontaje”. Para mí, el nombre de composición es más apropiado que el de fotomontaje. No solo por el hecho de componer con una serie de imágenes hasta conseguir una nueva imagen totalmente distinta, sino, por el color, la estructura, la luz, los pesos, las direcciones, las texturas, veladuras, etc. Todo debe formar al final de tan laborioso proceso una armonía que reúna todos los elementos nombrados. Composición es más sutil que montaje. Montaje es más artificial, más relacionado con las maquinas; poéticamente hablando es mucho más frió que composición. Composición es estar presente durante todo el proceso de creación. Es agarrar la cámara y salir a buscar las imágenes que posteriormente formaran la composición.

Muchos pensaran que más que fotografía, mi trabajo está en relación cercana con el diseño gráfico. No se equivocan del todo, aunque en mi opinión es fotográfico y más cercano a la pintura que al diseño.
Esto se debe a que por ahora todo el contenido de mis composiciones parte de la fotografía y todos los recursos y elementos tanto texturas, veladuras, color, etc. Se realizan con fotografías. No hay mucha diferencia entre el fotógrafo que tras repetidas tomas con la cámara fotográfica, se encerraba en su laboratorio para cambiar el color, añadir elementos, cambiar la composición, o simplemente hacer ajustes de postproducción. Un buenísimo ejemplo de todo este entramado de palabras y admirado fotógrafo es Jan Saeudek. Parte de su trabajo esta realizado en el laboratorio.
Es importante decir que desde que la aplicación matemática se añadió a la fotografía, el debate sobre química o digitalización es un tema candente. Pero tampoco es mi intención retomar este dialogo. “Yo lo tengo bien claro”. Quizá sea relevante decir que mi trabajo es completamente digital. He trasladado el laboratorio tradicional y romántico a la computadora no tan fría como muchos piensan.

Respecto al proceso. El trabajo comienza cuando armado con la cámara salgo a realizar alguna tomas. A veces, busco a conciencia los elementos a fotografiar. En otras ocasiones simplemente salgo a divertirme sin buscar nada más que lo que la mirada y lo casual pueden ofrecerme. Las imágenes pasan al ordenador y bien son utilizadas o almacenadas para posible composiciones. Siempre digo que de una buena imagen nace una buena composición, de ahí que sea meticuloso en valores técnicos a la hora de realizar fotografías.
No tengo un itinerario a seguir a la hora de componer. Puedo comenzar realizando un fondo o por el contrario empezar por las figuras; o por la organización de los elementos que estén incluidos. En ocasiones busco el color y las texturas. Creo que en esto me doy gran libertad, porque de esta forma pienso que algo nuevo puede aparecer mientras trabajo. En definitiva intento estar lo más abierto posible y receptivo en cada paso.
El trabajo con Photoshop es dinámico. Siempre depende del tipo de imágenes que este usando, pero creo que es un programa con grandísimas posibilidades de creación artística, más allá de todos los filtros que contiene.


LA IMAGEN ENSOÑACIÓN


Dawn Ades escribe sobre “Lo maravilloso y lo cotidiano”: El fotomontaje puede perturbar nuestra percepción normal del mundo y crear imágenes maravillosas. Mediante la yuxtaposición de elementos, la distorsión de escala, la mezcla de ideas con escenas reales, la reconjugación del cuerpo humano y objetos, la imagen espejo, la petrificación, la solarización, la sustitución, la repetición, etc. Se crean paisajes de naturaleza extraña y alucinatoria. Nuestra mente se esfuerza por comprenderlos, se nos impone la perplejidad o bien se genera una nueva idea sobre ellos.

Aquí entra lo realmente maravilloso. El papel del espectador al contemplar una composición. Su cerebro se activa con el fin de buscar algún tipo de sentido o significado y sin caer en la cuenta, tal vez, de que esta teniendo una experiencia de libertad de pensamiento, que él puede reinventar lo que esta viendo a través de los estímulos provocados por la imagen y en su mente se pueden asociar nuevas ideas más allá de la intención pura que tenga la propia imagen.

Dice el manifiesto surrealista sobre la imagen surrealista: La reunión de dos realidades dispares para hacer saltar una chispa de su contacto.

Los surrealistas trataban de ampliar y ahondar en lo que se entiende por lo real, impulsados por el poder del subconsciente. A menudo un poder de visionar elementos cotidianos transformados hacía una forma de ensanchamiento de las diferentes realidades de cada creador. Esto no debe confundirse con la supresión de lo real, la sustitución de un mundo real por otro fantástico. Todos los elementos parten de la realidad que todos conocemos y compartimos. La transformación es un proceso personal influido por diversos condicionante; en el amplio sentido de la vida. Cada uno elige si puede lo que realmente le hace sentir y a raíz de una elección, agrupa elementos significativos con los que construir pequeñas realidades extrañas. Al fin y al cabo una parte del arte es esto.

Freud en su libro “La interpretación de los sueños” (Strumpell llama justificadamente la atención sobre el hecho de que el sueño no nos muestra nunca la repetición de un suceso vivido. Toma como punto de partida un detalle de alguno de estos sucesos, pero representa luego una laguna, modificada luego la continuación o la sustituye por algo totalmente ajeno. De este modo resulta que nunca trae consigo sino fragmentos de reproducción; hecho tan general y comprobado, que podemos usarlo como base de una construcción teórica. Hay excepciones; el sueño reproduce un hecho tan completo como podría hacerlo nuestra memoria en la vida despierta.)

Partiendo de este párrafo que profundamente habla del mundo onírico y haciendo una comparación con mi trabajo de las composiciones digitales, llegué a esta conclusión:
Tomar la imagen capturada como el primer resquicio del sueño que aflora y condiciona el resto de las imágenes que van ha aparecer en la composición. Cada imagen utilizada nos lleva a la toma de otra elección y así sucesivamente. Todas las imágenes están tomadas del mundo real y despierto. El proceso de creación actúa como el sueño y la imagen final es la laguna, donde la realidad cobra otro sentido abierto a las sensaciones perceptivas y al pensamiento.